Visité por primera vez, este recinto con mi hija (quien aparece en la fotografía) y mi amiga Patricia (España) a finales de noviembre del 2006, pese a conocer la historia de mi pais, de vivir la persecución y amendrentamiento en carne propia, entrar en ese lugar hace q la piel se te erize, q miles de escalofrios recorran tu espalda, sientes q el corazón se te va a romper en mil pedazos, en esos mismos mil pedazos en q muchas vidas se quebraron, familias completas separadas por kilometros y en muchas ocasiones incluso, oceanos.
"quiero mantener viva la llama de la memoria"...
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